Hace 10.000 años, todos los seres humanos de la Tierra tenían los ojos de color marrón. Actualmente, en todo el mundo, más del 50 % de las personas los tienen de dicho color.
El color marrón proviene de la melanina, un pigmento presente en nuestros ojos que también da color al vello, la piel y otras células.
El iris, la zona coloreada de nuestro ojo, está compuesta de dos capas. En la mayoría de las personas, la capa posterior tiene en mayor o menor medida pigmento marrón, incluso aunque los ojos no sean marrones. En caso de que lo sean, la capa anterior del iris también tendrá pigmento marrón en sus células. Cuanta más melanina haya en el iris, más oscuro será el color marrón.
Los científicos apuntan a que el cambio se produjo por culpa de un solo antepasado común. Esa persona sufrió un cambio en el gen que controla la producción de la melanina. Se cree que este cambio o mutación redujo la producción de melanina en el iris.
Algunos ojos parecen azules, verdes o de color avellana no a causa de la presencia de distintos pigmentos de color, sino porque tienen menos melanina. Cuando hay menos melanina en el ojo, se absorbe menos luz. Eso implica que una mayor cantidad de luz se dispersa fuera del iris. Cuando la luz se dispersa, se refleja de manera distinta en cuanto al espectro de color de la luz. Por eso, los ojos con menos melanina parecen azules. Si el iris contiene un poco más de melanina, se verán verdes o de color avellana.
Los científicos solían pensar que un solo gen determinaba el color de los ojos. Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que hasta 16 genes distintos podrían determinar el color de los ojos. Este dato permitiría explicar por qué dos padres con el mismo color de ojos pueden tener hijos con un color de ojos distinto.
Al nacer, los ojos de un bebé pueden parecer azules, ya que la melanina todavía está en desarrollo. No es hasta el año de vida cuando las células empiezan a producirla. La melanina empieza a acumularse en el iris y el color de los ojos puede oscurecerse.
Los niveles de melanina elevados en el ojo, el vello y la piel ayudan a proteger a las personas de los rayos dañinos del sol. Por ese motivo, en zonas más cálidas en África o Asia, los ojos tienden más a ser marrones que en otras zonas de Europa. En Islandia, los ojos marrones son minoría.
Cuando las personas se mudan a regiones geográficas con menos horas de sol, la necesidad del pigmento protector disminuye. Es por eso que el color de los ojos pudo haber evolucionado cuando nuestros antepasados se trasladaron a zonas más frías del planeta.
Las personas con ojos marrones tienen una incidencia menor de tumores oculares, degeneración macular y retinopatía diabética. Los oftalmólogos creen que el pigmento de melanina de los ojos marrones podría proporcionar una mayor protección.
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