Se trata de una campimetría que emplea la tecnología de doble frecuencia FDT para detectar pérdidas glaucomatosas (alteraciones del campo visual) con gran sensibilidad. Debido a la rapidez del examen, esta tecnología es muy útil para el estudio del campo visual en casos de dificultad de colaboración por edad avanzada u otros motivos.
Esta prueba se realiza para la detección, diagnóstico y seguimiento de:
No requiere ninguna preparación previa en particular ni dilatación pupilar. Además, es una prueba que se puede realizar con lentes de contacto o gafas.
La campimetría – FDT – Matrix es una técnica no invasiva, por lo que no requiere de contacto directo con el ojo ni produce reacciones adversas. Después de la prueba, por tanto, se puede realizar sin ningún problema cualquier actividad del día a día.
Habitualmente se lleva a cabo de manera monocular, primero un ojo y después el otro. Sin embargo, en algunas ocasiones se puede realizar la prueba binocularmente (con los dos ojos a la vez).
El examen se realiza en posición sentada y no requiere contacto con la superficie ocular. Con la barbilla instalada en un mentón y la frente bien apoyada hacia adelante, el paciente debe fijar la mirada hacia un patrón luminoso central de color rojo/anaranjado de referencia que se encuentra dentro del aparato, en el centro de la pantalla. Cada vez que vea un estímulo luminoso (bandas negras y blancas), el paciente ha de apretar el botón del mando para indicar que ha detectado dicho estímulo. A lo largo de la prueba, el paciente podrá parpadear, pero no deberá desviar el ojo del punto de fijación.
Se trata de una prueba que dura unos 20 minutos aproximadamente y es realizada por un optometrista. Una vez recogidos los datos, el oftalmólogo será el encargado de interpretar los resultados y transmitirlos durante la próxima visita.
No, ya que al ser una técnica no invasiva no contacta con el ojo, por lo que no causa ningún tipo de molestia.
No, esta prueba no requiere que venga acompañado de otra persona.
No es necesario acudir en ayunas para la realización de la prueba.
Los datos se obtienen en el mismo momento de la realización de la prueba.
El optometrista es el encargado de practicar la prueba y tiene los conocimientos para confirmar su correcta realización. Quien debe interpretar e informar de los resultados obtenidos es el oftalmólogo, quien lo hará teniendo el contexto clínico después de una anamnesis y exploración completas del paciente.
Sí, después de la prueba se puede realizar cualquier actividad del día a día, tales como conducir o ducharse.
Sí, no hay ningún inconveniente en utilizar maquillaje después de esta prueba.
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