El Institut Català de Retina utiliza distintas técnicas en cirugía refractiva para eliminar los defectos de refracción como la miopía, la hipermetropía, o la vista cansada.
El láser modela la córnea (la parte más externa y transparente del ojo) para reducir la cantidad de dioptrías. Después de la aplicación de unas gotas de anestésico, se levanta una fina capa de la córnea mediante (dependiendo de las características de cada paciente) el microqueratomo o el láser de femtosegundo, un instrumento muy sofisticado.
Se obtiene, así, un disco o “flap” que se separa del centro de la córnea, para aplicar el láser excímero directamente sobre el estroma. El láser elimina la porción adecuada del tejido, en función de la corrección que deseamos. En la miopía obtenemos una superficie más plana, en la hipermetropía más curva y en el astigmatismo más regular.
Esta fase de la intervención está controlada por un ordenador y planeada por el cirujano en función de las características propias de cada caso.
El examen preoperatorio exhaustivo permite estudiar no solo las dioptrías y la cantidad de visión, sino también su calidad, además de planear el tratamiento óptimo en cada caso particular. Actualmente, podemos realizar tratamientos personalizados que incluyen la corrección de aberraciones de alto orden o tratamientos a partir de la topografía.
Una vez aplicado el láser, se repone el “flap” corneal y finaliza la intervención aplicando unas gotas de colirio antibiótico. El paciente sale con unas gafas de protección y, ocasionalmente, se adaptan lentes de contacto terapéuticas para facilitar la recuperación.
Se trata de operaciones que permiten recuperar la visión sin utilizar gafas o lentes de contacto.
Los nuevos sistemas de láser sirven para corregir, no solamente las dioptrías, si no también lo que llamamos aberraciones ópticas. Estas tienen relación con la calidad de la visión y hay que tenerlas en cuenta para que la persona operada vea bien de día, pero también de noche, cuando conduce un vehículo, cuando hay poca luz o para evitar los reflejos.
Los tratamientos basados en la aberrometría o el frente de ondas del ojo reciben el nombre de optimizados o personalizados, porque dependen de las características propias de cada tipo de ojo. En estos tratamientos utilizamos sofisticados sistemas de control de los movimientos del ojo para el reconocimiento del iris, que es la parte que da color al ojo. El láser identifica, en cada caso, el patrón de cada ojo, tanto como medida de seguridad, como para facilitar la correcta aplicación del láser.
En casos de córneas delgadas, graduaciones bajas, etc, no se realiza ningún corte, si no que se separa la capa más externa de la córnea: el epitelio. Para ello hay diferentes técnicas (LASEK, PRK, PTK, EPILASIK). Estas operaciones requieren un postoperatorio un poco más largo y las llamamos técnicas de superficie, para diferenciarlas de las anteriores o lamelares.
Generalmente, la intervención se practica en los dos ojos durante la misma sesión y todo el proceso dura unos 15 minutos. Después de un momento de descanso, se realiza un último examen, se proporcionan instrucciones sobre el tratamiento, la cita para el control (normalmente al día siguiente) y, a continuación, el paciente vuelve a casa.
Las lentes intraoculares se implantan en el ojo para corregir miopías e hipermetropías, en general elevadas. Proporcionan una excelente calidad de visión y están especialmente indicadas en casos de ambliopía u “ojo vago”. Recientemente, hemos empezado a utilizar lentes de última generación que pueden, además, corregir el astigmatismo de forma eficaz.
Estas lentes respetan la anatomía ocular y están fabricadas con materiales especiales, que las hacen biocompatibles con las estructuras del ojo.
Es una cirugía muy precisa, que se realiza sin necesidad de ingreso y con anestesia tópica.
Estas lentes permiten, además, tratar casos en los cuales el estado de la córnea del paciente no permite una cirugía con láser.
El Dr. Duch, jefe del Departamento de Cirugía Refractiva nos explica cómo puede tratarse el astigmatismo en casos en los que también existe una mala visión de cerca o de lejos.
La monovisión es una técnica en la que el ojo dominante se corrige para enfocar en visión lejana y el no dominante para la visión próxima. Normalmente, esto se realiza manteniendo una leve miopía en el ojo para visión cercana. La visión binocular (ambos ojos) permite después una buena visión conjunta, tanto de lejos, como de cerca e independiente de las gafas.
A las técnicas más actuales las denominamos de micro-monovisión o monovisión avanzada y las realizamos con láser excímero, mediante la técnica LASIK (cirugía lamelar) o por medio de LASEK/PRK (cirugía de superficie). Realizamos siempre una prueba previa con lentes de contacto que simula la situación visual final y que permite conocer qué personas pueden adaptarse de forma satisfactoria a esta técnica.
Las técnicas con láser específicamente diseñadas para la corrección de la presbicia están ideadas para aprovechar la técnica de LASIK habitual y permitir corregir la visión de lejos y de cerca al mismo tiempo. Muchas veces, se las conoce con el término general de presbi-LASIK.
Las técnicas más extendidas transforman la córnea en una estructura multifocal en la que, generalmente, la parte central se destina a la visión de cerca y la periférica a la de lejos. En todas estas técnicas, la luz se “reparte” entre los dos focos, el de lejos y el de cerca, que, al ser opuestos, pueden traducirse en una la mejoría en la visión próxima acompanyada de una ligera penalización de la visión de lejos, habitualmente bien tolerada.
La técnica más avanzada la denominamos SUPRACOR y se realiza mediante un procedimiento de LASIK, con el láser excímero Technolas. Esta técnica añade una corrección adicional de las aberraciones ópticas de la córnea de modo que, en el resultado visual final, la visión de lejos sea óptima.
Los candidatos ideales para esta cirugía son los hipermétropes de entre 45 y 55 años, de +1 a +4 dioptrías y con astigmatismos inferiores a 1 dioptría. También pueden beneficiarse de ella pacientes previamente operados de LASIK hipermetrópico que actualmente presenten presbicia. La técnica ha evolucionado para, que en breve se pueda operar también a personas miopes con presbicia.
El láser de femtosegundo es un instrumento muy sofisticado que empleamos habitualmente en la cirugía LASIK para la realización del flap corneal. Cuando se emplea para la cirugía de la presbicia, se realiza un corte en el interior de la córnea que produce un cambio en la córnea central en forma de un encorvadura moderada, de modo que esta zona puede enfocar correctamente de cerca.
Es un tipo de cirugía que se realiza desde el exterior del ojo. Es una de las técnicas más recientes y avanzadas y, de momento, se reserva para personas con vista cansada de entre 45 y 55 años, con muy poca graduación en visión de lejos (+0.50 a +1.00) y prácticamente sin astigmatismo. Es una cirugía que está evolucionando para poder ampliarla, sin posibilidades de aplicación a un rango más amplio de graduaciones.
La cirugía mediante implante de lentes multifocales es actualmente la más empleada para la corrección de la presbicia. En los últimos años, ha demostrado ser, en muchos casos, una técnica segura y eficaz para la solución de la vista cansada.
La cirugía consiste en la sustitución del cristalino transparente (lente natural del ojo) por una lente que permita enfocar sin dependencia de gafas tanto en visión de lejos como de cerca. Aunque técnicamente es algo distinta, se parece en realidad a la cirugía de cataratas, en la que sustituimos el cristalino opaco (catarata) por una lente intraocular.
El término «lentes multifocales» se emplea para definir distintos tipos de lentes (difractivas, refractivas, acomodativas, asimétricas, etc.), todas con el mismo objetivo. La elección de un tipo u otro depende de las características del ojo y de las necesidades visuales de la persona, que se evalúan en las pruebas preoperatorias, para decidir la lente idónea en cada caso.
Los candidatos son personas a partir de los 45 (hipermétropes) o 50 años (miopes) con cualquier graduación, en general a partir de las 2 dioptrías, tengan o no astigmatismo. Es una cirugía estable, que no requiere más refuerzo ni adiciones con el tiempo y que, lógicamente, al eliminar el cristalino, evita en un futuro la cirugía de cataratas.
Cuando el estado del ojo lo permite y las necesidades visuales del paciente lo requieren, también empleamos este tipo de lentes en la cirugía de catarata, en este caso, con el doble objetivo de mejorar la visión (al extraer la catarata) y de lograr la mayor independencia posible de las gafas, tanto de lejos como de cerca.
Una situación especial es la de los pacientes ya operados de cataratas, con lentes monofocales convencionales y que desean mejorar su visión de cerca. En estos casos implantamos una segunda lente, especialmente diseñada para este propósito, que proporciona multifocalidad y una buena visión de cerca sin gafas. En algunos casos, pueden combinarse técnicas con lentes multifocales con técnicas de láser.
Los implantes corneales son discos extremadamente finos de material plástico con un orificio central que se implantan en el espesor de la córnea, para filtrar los rayos de luz y proporcionar un foco preciso para la visión próxima. Son técnicas prometedoras, actualmente en desarrollo y aplicables en casos muy seleccionados, que supondrán una alternativa más dentro de las posibilidades de corrección quirúrgica de la presbicia.
Los anillos intracorneales tienen como finalidad modificar la potencia refractiva de la córnea. Esta técnica quirúrgica se realiza con anestesia local y consiste en introducir, en el espesor corneal, un implante de plástico acrílico en forma de anillo para reforzar la estructura de la córnea y modificar su curvatura, respetando la zona central.
Está indicada, principalmente, en casos de deformidad de la córnea asociados a una mala visión y a intolerancia a la corrección con lentes de contacto y gafas, como el queratocono, las ectasias y los astigmatismos irregulares.
Esta cirugía está indicada para la corrección de astigmatismos elevados. Consiste en realizar, mediante bisturís especiales de diamante, incisiones profundas en la córnea, con la finalidad de modificar la potencia refractiva.
A veces una sola técnica quirúrgica, sobretodo en el caso de miopes, hipermétropes o astigmáticos elevados, no permite corregir el defecto refractivo y mejorar la agudeza visual. Es entonces cuando se indica la posibilidad de combinar diversas técnicas para conseguir un resultado más satisfactorio, con el objetivo final de una visión más cómoda e independiente de la corrección con gafas o lentes de contacto.
La cirugía refractiva se encuentra en constante evolución, de manera que aparecen nuevas soluciones a diferentes problemas. Estas soluciones son, actualmente, avanzadas y variadas, pero lo más importante es, siempre, realizar un estudio preoperatorio riguroso y completo con la finalidad de aconsejar, en cada caso particular, cuál es la solución ideal.
No nos cansaremos nunca de insistir en este aspecto, ni tampoco en la importancia de la relación humana y de confianza entre el médico y la persona que busca una solución a su problema visual.
Escríbenos o pide hora para una consulta con uno de nuestros especialistas.