¿Sabías que algunos tipos de cánceres pediátricos presentan signos y/o síntomas en los ojos y la visión antes que otras señales? En algunos casos, aparecen afecciones oftalmológicas hasta 1 año antes del diagnóstico.
Este hecho, además de destacar la importancia de realizar revisiones oftalmológicas a los niños, demuestra que es necesario estar alerta ante ciertas manifestaciones en su salud, que podrían ayudar a diagnosticar un cáncer de manera precoz.
Un cáncer es una enfermedad en la que algunas células alteradas del cuerpo del/de la paciente se multiplican y se extienden por diferentes partes del cuerpo. Aunque es una enfermedad grave, la investigación y la medicina continúan avanzando para mejorar la supervivencia y las secuelas.
En el caso de cánceres pediátricos, el índice de supervivencia a 5 años va mejorando año tras año; actualmente es de cerca del 85%.
El éxito de esta cifra se debe, en parte, al diagnóstico precoz. Por eso resulta fundamental identificar las señales de alarma y acudir al centro médico para diagnosticar la enfermedad.
De los tres tipos de cánceres pediátricos más frecuentes, estos son algunos de los signos o síntomas oftalmológicos que podrían ser indicativos de su presencia:
| Leucemia | Tumores en el sistema nervioso central | Neuroblastoma |
| – Heterocromía adquirida (iris de un color diferente en cada ojo) – Visión doble binocular – Hemorragias en la retina o infiltración en el nervio óptico | – Movimientos oculares anómalos – Edema del nervio óptico por hipertensión endocraneal – Defectos del campo visual | – Equimosis periorbitaria espontánea – Proptosis |
Otros signos o síntomas, que no son puramente oftalmológicos, pero que podrían hacer sospechar la presencia de un cáncer pediátrico son:
Si se detectan más de dos de estos signos o síntomas, es necesario acudir al pediatra y a la consulta de oftalmología.
Conocer estos signos y síntomas, así como identificarlos si aparecen y acudir a la consulta médica de la especialidad, puede ayudar a mejorar el pronóstico del cáncer pediátrico, en caso de que se produzca.
En la consulta, el equipo médico podrá realizar las pruebas pertinentes y hacer un diagnóstico a tiempo, lo cual podría reducir las secuelas de la enfermedad y aumentar las probabilidades de supervivencia del niño.
Tanto la catarata infantil como la que deriva del envejecimiento, consisten en una opacificación de la lente natural o cristalino del ojo, lo que puede provocar visión borrosa e incluso ceguera.
Hablamos de estrabismo infantil cuando un niño sufre una alteración en la alineación de los ojos que hace que estos no miren simultáneamente al mismo punto.
Las revisiones durante la infancia son especialmente relevantes, porque algunos problemas son irreversibles cuando el/la niño/a crece. La visión es clave en su desarrollo y bienestar.
Cuando son pequeños, los niños y niñas no son capaces de decir si ven bien o no, por lo que una revisión oftalmológica puede detectar y prevenir una pérdida visual que podría ser irreversible.
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