Antes de realizar el tratamiento, el especialista retirará cualquier resto de maquillaje o cremas que pueda llevar el paciente. Durante el tratamiento, el paciente deberá utilizar unos protectores oculares para que la luz de la máquina no le dañe la vista y el profesional llevará unas gafas oscuras.
El tratamiento con IPL no suele ser doloroso, aunque pueden notarse algunos impactos. No requiere ningún tipo de anestesia, sin embargo, antes de iniciar el tratamiento, el especialista aplicará un gel frío sobre la zona a tratar para proteger la piel del paciente y para que la luz del láser se transmita correctamente.
La sesión se realiza en consulta oftalmológica y suele durar unos 30 minutos, dependiendo de la zona a tratar. Al terminar la sesión el paciente puede retomar sus actividades habituales, tomando la precaución de aplicarse crema solar en la zona tratada durante las semanas siguientes
El tratamiento con IPL no es doloroso y no requiere ningún tipo de anestesia.
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