Los archivos de la Sociedad Española de Oftalmología han recogido en uno de sus últimos números el trabajo de la Dra. Katia Sotelo-Monge, con la colaboración del Dr. Alfonso Antón, la Dra. Eleonora Ayala, el Dr. Marcos Muñoz, la Dra. Anna Puntí, todos ellos oftalmólogos y oftalmólogas del Departamento de Glaucoma de ICR. Se trata de una comunicación titulada “Elevación de la presión intraocular secundaria a desprendimiento de retina”.
En el artículo se analizan cuatro casos clínicos de pacientes con desprendimiento de retina asociado a la elevación de la presión intraocular en el momento del diagnóstico del desprendimiento. En todos los casos se trata de pacientes que acudieron a urgencias por miodesopsias o moscas flotantes, presentando inflamación en la cámara anterior y elevación de la presión intraocular.
En los cuatro casos descritos se detectó un desprendimiento de retina, una dolencia habitualmente asociada a una presión intraocular baja o normal. No obstante, con estudios como este se demuestra que la separación de la parte posterior del ojo (desprendimiento de retina regmatógeno o DRR) es compatible con valores de presión intraocular alta.
La asociación del desprendimiento de retina con la elevación de la presión intraocular se denomina síndrome de Schwartz-Matsuo o síndrome de Schwartz y se caracteriza por una elevación de la presión intraocular con una fuerte fluctuación, células en la cámara anterior, ángulo abierto y DRR.
En algunos casos descritos en la literatura científica, el diagnóstico inicial fue uveítis hipertensiva difícil de manejar, pero posteriormente se detectó el desprendimiento de retina. Hay otras enfermedades, como el glaucoma de ángulo abierto inflamatorio, que también comparten algunas características con el síndrome de Schwartz. Por ello es importante explorar bien el fondo de ojo del paciente.
Para lograr un diagnóstico correcto, es importante conocer trastornos como este síndrome y realizar una exploración oftalmológica completa. Así, se podrá intervenir de forma acorde lo antes posible.
El desprendimiento de retina debe tratarse a tiempo para evitar al máximo la pérdida de visión, que, si se llega a producir, sería irrecuperable.
Una vez desprendida la retina, el tratamiento es quirúrgico. El procedimiento consiste en el uso de un láser o crioterapia para cerrar el desgarro que ha derivado en el desprendimiento de retina, y en la posterior colocación de la retina en su sitio.
En los casos de síndrome de Schwartz-Matsuo, la presión intraocular generalmente se estabiliza tras la cirugía para el desprendimiento de retina. En la mayoría de los casos, el pronóstico es favorable.
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