La radiofrecuencia se realiza de manera ambulatoria, no requiere cirugía ni anestesia y es prácticamente indolora. Se nota una subida de temperatura que puede llegar a ser fuerte a la zona tratada pero no produce dolor.
En la hora de realizar el tratamiento con radiofrecuencia, hace falta que la piel esté bien limpia. Antes de proceder, el/la especialista aplicará sobre la zona a tratar un gel conductor de las ondas electromagnéticas. Esta sustancia facilitará el movimiento del aparato de radiofrecuencia, que se hará deslizar por la piel haciendo un masaje.
Habitualmente son necesarias entre 3 y 10 sesiones de una duración de entre 10 y 30 minutos, en función de factores como las zonas que hay que tratar o el estado del colágeno del paciente.
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