La radiofrecuencia es un procedimiento muy seguro, nada invasivo ni agresivo.
La recuperación es muy rápida; el paciente puede retomar su día a día casi al salir de la consulta.
La radiofrecuencia es un tratamiento ambulatorio e indoloro.
La radiofrecuencia es un tratamiento estético que consiste en la aplicación de ondas electromagnéticas de alta frecuencia sobre la piel con el objetivo de alisarla y reducir la flacidez. Estas provocan el calentamiento de diferentes capas de la piel, de forma que favorece la formación de nuevo colágeno y el tensado de la piel.
En el ICR ofrecemos este tratamiento para reducir imperfecciones cutáneas en la zona periocular para mejorar las “patas de gallo”, a menudo como complemento a otros tratamientos como la blefaroplastia o las opciones de regeneración de la piel con láser CO2.
La radiofrecuencia está indicada para los pacientes que quieran reducir la flacidez de la piel de la cara o alguna arruga. Además, también se aplica para reducir la acumulación de líquidos y grasa de la piel, todo esto hará que la piel tenga una apariencia más sana y joven.
Hay algunos casos concretos en los cuales se desaconseja este tratamiento, como embarazo, lactancia, pacientes con prótesis metálicas o marcapasos, obesidad mórbida, enfermedades neuromusculares o cardiopatías. Para valorar la idoneidad del tratamiento para el paciente, será necesaria una primera visita con el/la especialista en oculoplástia.
La radiofrecuencia es un procedimiento muy seguro, nada invasivo ni agresivo.
La radiofrecuencia estimula la creación de colágeno, fundamental para conseguir que la piel se tense. El resultado es un efecto similar al lifting sin la necesidad de pasar por el quirófano. En consecuencia, la recuperación es muy rápida -el paciente puede retomar su día a día al salir de la consulta- y apenas queda ninguna marca después de realizar el tratamiento.
La radiofrecuencia es un tratamiento ambulatorio e indoloro.
La radiofrecuencia se realiza de manera ambulatoria, no requiere cirugía ni anestesia y es prácticamente indolora. Se nota una subida de temperatura que puede llegar a ser fuerte a la zona tratada pero no produce dolor.
En la hora de realizar el tratamiento con radiofrecuencia, hace falta que la piel esté bien limpia. Antes de proceder, el/la especialista aplicará sobre la zona a tratar un gel conductor de las ondas electromagnéticas. Esta sustancia facilitará el movimiento del aparato de radiofrecuencia, que se hará deslizar por la piel haciendo un masaje.
Habitualmente son necesarias entre 3 y 10 sesiones de una duración de entre 10 y 30 minutos, en función de factores como las zonas que hay que tratar o el estado del colágeno del paciente.
Después de cada sesión, la piel se puede mostrar un poco roja, pero el enrojecimiento disminuye las horas posteriores.
Salvo de esto, la radiofrecuencia no presenta ningún efecto adverso.
Escríbenos o pide hora para una consulta con uno de nuestros especialistas.