Algunos problemas, como la ambliopía, pueden tratarse en bebés y niños pequeños pero son irreversibles una vez el niño crece.
Por eso, ante cualquiera de los siguientes síntomas es aconsejable realizar una revisión completa por parte de un especialista en oftalmología pediátrica:
Una buena visión es esencial para el desarrollo físico y mental de un niño, de esto dependerá su éxito académico y su bienestar general.
El sistema visual de los bebés y niños pequeños no está completamente desarrollado y requieren información de ambos ojos para que la visión se desarrolle correctamente en el cerebro.
Cuando los ojos de un niño no envían imágenes claras al cerebro, su visión puede verse limitada y es posible que no pueda corregirse más adelante en la vida.
Pero si los problemas se detectan de manera precoz, suele ser posible tratarlos de manera efectiva.
Es importante examinar los ojos de un recién nacido y realizar una prueba de reflejo rojo (indicador básico de que los ojos están bien), así como examinar a fondo cualquier recién nacido prematuro o que corra riesgo de sufrir otros problemas oculares por historial familiar de trastornos de la visión graves en la infancia o por señales de anomalías.
Es necesario realizar un segundo examen ocular en niños con buena salud entre los seis meses y el primer año de vida.
Se puede realizar un test para valorar sus habilidades visuales en edad preverbal y se valorará el alineamiento ocular.
En caso de que los ojos del niño estén desalineados, tengan ambliopía o errores de refracción, deberá someterse a una revisión para iniciar un tratamiento lo antes posible.
A partir de los tres años y antes de los cuatro, hay que evaluar la visión del niño y la alineación de sus ojos, junto con la agudeza visual mediante un optotipo una vez el niño pueda cooperar.
Los exámenes fotométricos son otra manera de comprobar la agudeza visual sin necesidad que el niño coopere y conseguimos determinar también si un niño puede enfocar de lejos, de cerca y a una distancia intermedia.
Cuando el niño empiece la escuela, o en cualquier momento en el que exista una sospecha de un posible problema ocular, es necesario realizar una revisión, para detectar cualquier desalineación o problemas de refracción, entre otros.
La hipermetropía es el defecto refractivo más común en esta franja de edad, durante la que se debe corregir con el uso de gafas.
Ambliopía u ojo vago | Dolores de cabeza o de cervicales. |
Estrabismo | Mala alineación de los ojos |
Miopía y astigmatismo | Entornar los ojos para enfocar a larga distancia |
Hipermetropía | Antecedentes de progenitores con hipermetropía |
Discromatopsia | Alteraciones en la visión del color |
Conjuntivitis | Enrojecimiento |
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