La hipertensión arterial puede tener efectos adversos en la retina y producir retinopatía hipertensiva, alteraciones arteriovenosas en la retina que deben ser controladas ya que pueden provocar otras enfermedades oculares que amenacen la visión.
Alteraciones en la retina debido a la hipertensión arterial (HTA):
Retinopatía esclerohipertensiva |
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La mejor prevención es un control de la hipertensión arterial |
La retinopatía esclerohipertensiva consiste en alteraciones que aparecen en la retina en un paciente hipertenso. No aparecen en todos los pacientes hipertensos, pero en los que presentan esta patología, habrá que fijarse sobre todo en las alteraciones a nivel de los vasos, tanto en arterias, como en venas.
El paciente con retinopatía esclerohipertensiva es un paciente que suele venir a la consulta enviado por su médico internista por un inicio de hipertensión arterial o por una descompensación o seguimiento de su hipertensión arterial.
Hay que tener en cuenta que la retina es la única parte del organismo en la que somos capaces de ver directamente las arterias y las venas. Si hay una alteración a nivel cardíaco o a nivel renal, las pruebas que va a solicitar el médico van a decir cómo está la circulación, pero el médico no es capaz de verlo en directo. A nivel retiniano, se pueden ver directamente las arterias y las venas a través del oftalmoscopio. Por lo tanto, podemos, a partir de lo que nosotros vemos, contribuir a informar al médico internista de cómo está la circulación a nivel de todo el organismo.
La retinopatía esclerohipertensiva no provoca en sí una pérdida visual, pero sí lo hacen sus efectos secundarios, ya que puede llevar a una obstrucción de rama venosa, un infarto de la cabeza del segundo par, de la papila, puede haber también infartos retinianos… Todo ello es secundario a la retinopatía esclerohipertensiva, y es debido a estas enfermedades que aparece una pérdida de agudeza visual.
La retinopatía esclerohipertensiva se diagnostica por medio de:
Ya sea porque el paciente ha sido enviado por el médico de cabecera o el internista o en una revisión habitual, al mirar el fondo del ojo nos fijaremos en:
Si detectamos la retinopatía esclerohipertensiva en un paciente durante una revisión rutinaria y aunque el paciente nos haya dicho que no es hipertenso, ante la presencia de estos hallazgos, enviaremos al paciente al médico de cabecera para que le controle la tensión arterial.
La retinopatía esclerohipertensiva aparece en pacientes hipertensos, aunque no en todos, pero un buen control de la hipertensión arterial es la mejor práctica de la que disponemos para que la retinopatía esclerohipertensiva no provoque daños en la retina. Además, la enfermedad también se acentúa a medida que los pacientes tienen una edad mayor, aunque es verdad que en ocasiones nos encontramos con pacientes con mínimas lesiones tras muchos años de evolución de su hipertensión arterial.
Teniendo, pues, en cuenta que la retinopatía esclerohipertensiva tiene su causa en la hipertensión arterial, cuanto mejor control tengamos de la hipertensión arterial, menos probabilidades tendremos de sufrir esta enfermedad. Es muy importante tener en cuenta que la hipertensión arterial no solo se controla con pastillas. Es importante:
El único modo de tratar las lesiones provocadas estrictamente por la retinopatía esclerohipertensiva es el control de la hipertensión.
Sin embargo, sí existe tratamiento para algunos de los efectos que pueden derivarse de ella. Si la retinopatía esclerohipertensiva deriva en una trombosis venosa, o un problema isquémico retiniano, habrá que tratar dichas patologías. Pero el único tratamiento para la retinopatía esclerohipertensiva en sí misma es el control de la presión arterial.
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