El pasado mes de noviembre, el Diari de Terrassa, publicó una entrevista completa sobre el glaucoma con el Dr. Alfonso Antón, jefe de los Departamentos de Glaucoma e Investigación del ICR.
A continuación, transcribimos íntegramente la entrevista:
El glaucoma es una enfermedad del nervio óptico que, en la mayor parte de los pacientes, no a todos, está asociada a una presión intraocular alta. El nervio óptico es como el cable que une los ojos con el cerebro, y es que les lleva todo lo que vemos y hace que seamos conscientes de que lo estamos viendo. En el glaucoma, este cable se estropea. Hay células que mueren antes de tiempo, se transmite mal la información y el paciente pierde campo visual y, con el tiempo, puede producir ceguera.
Así es. Las formas más frecuentes de glaucoma son crónicas, de ángulo abierto, y no provocan síntomas en el paciente y, por este motivo, el paciente no va al oftalmólogo. Por eso es tan importante hacerse revisiones periódicas. Hay ciertos factores de riesgo como tener más de 40 años, antecedentes en la familia, la miopía, la presión elevada en los ojos …
La única forma es la detección precoz y esto implica una visita al oftalmólogo para identificar si hay algún problema. No hay medidas específicas en la vida diaria que permitan prevenir el glaucoma, pero hay estudios que sugieren que una vida sana, una alimentación equilibrada y un ejercicio moderado ayudan a que haya menos probabilidades de sufrir glaucoma, pero no hay ningún estudio concreto que lo demuestre.
Sin duda. Hay muchos campos de investigación y el de las células madre es uno de los más prometedores. En el glaucoma es más difícil, pero abren muchas posibilidades a enfermedades de la retina o de la superficie ocular. Quién sabe, si con el tiempo, también en el glaucoma.
Es cierto que hay cada vez más ópticas pero también es cierto que su participación en la detección del glaucoma es muy positiva..
Utilizar tantos instrumentos donde para los que tenemos que utilizar la vista más de cerca, sobre todo en edades de crecimiento, se ha asociado de manera clara al desarrollo de la miopía, pero es una miopía leve y moderada. Ya pasaba antes pero ahora se ha notado aún más.
Se podría mejorar mucho. Debemos hacer revisiones periódicamente para comprobar que nuestra visión es la adecuada. Y hemos de corregir lo que necesitamos. Si hay síntomas, tenemos que ir al oftalmólogo. Debemos utilizar la luz adecuada para leer y no abusar de la utilización de todos los elementos que decíamos antes, aunque es inevitable.
Mucho. La mayor parte de los pacientes, especialmente los más jóvenes, se resisten a dejar que los tocamos los ojos. La cirugía está muy controlada y, en la mayor parte de las intervenciones, el paciente está sedado y relajado y no sufre.
El sistema visual lleva al cerebro el noventa por ciento de la información y prescindir de esta información es terrible, limita mucho y obliga a adaptarse. Debemos hacer un esfuerzo para la detección precoz de las enfermedades oftalmológicas y seguir los consejos de los facultativos para llegar al final de nuestra vida lo mejor posible.
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