Con motivo del Día Mundial del Glaucoma, entrevistamos al Dr. Alfonso Antón, Responsable de los Departamentos de Glaucoma e Investigación, quien además lidera proyectos de investigación en esta enfermedad.
Una de las últimas tendencias en investigación en oftalmología, y especialmente en glaucoma, es la apuesta por herramientas de inteligencia artificial. Hace tiempo que se estudian varias aplicaciones de IA en la detección del glaucoma, pero parece que ahora está más cerca de usarse que nunca.
Se puede ver la entrevista grabada aquí.
La Inteligencia Artificial va a mejorar la investigación, la clínica o incluso la logística de las consultas en oftalmología y en medicina en general. Aunque puede tener otros usos, por ahora es particularmente útil en el análisis y utilización de grandes cantidades de datos clínicos e imágenes.
En el campo de la investigación, la IA permite estudiar datos epidemiológicos, identificar características de las enfermedades, incluso estimar la evolución esperable de los pacientes.
En la práctica clínica, se desarrollarán herramientas capaces de clasificar pruebas y datos; que puedan identificar cambios significativos en la evolución o, incluso, herramientas que estimen la evolución futura. Serán muy útiles para mejorar el diagnóstico y el seguimiento de distintas enfermedades facilitando la labor al/la profesional de medicina u oftalmología.
La IA también puede tener un papel importante en otros aspectos de la medicina, algunos de los cuales ya se aplican hoy en día, como la optimización del funcionamiento de clínicas o la exploración clínica transformando las voces de especialistas y pacientes en texto organizado.
En el cuidado del glaucoma la IA puede ayudar en todos los aspectos mencionados (investigación, práctica clínica, dinámica en consulta). Además, por las características de la enfermedad, pueden ser especialmente útiles algunas aplicaciones como las que ya se están desarrollando, como herramientas capaces de distinguir entre resultados de una persona con o sin glaucoma. Son herramientas muy eficaces en la clasificación precisa de imágenes con gran rapidez.
Por otro lado, existirán herramientas con inteligencia artificial que permitan analizar la evolución de datos clínicos y pruebas del mismo paciente en el tiempo, determinando si se mantienen estables o empeoran. Siendo el glaucoma una enfermedad crónica, esta aplicación puede ser muy útil para el seguimiento de pacientes con dicha dolencia. Estoy convencido de que La IA podrá ayudar a identificar empeoramiento de forma sensible y reproducible.
Finalmente, en glaucoma es especialmente interesante la ayuda que puede brindar alguna herramienta con Inteligencia Artificial para identificar si el daño está en la función o en la estructura del nervio óptico. Se trata de algo que hacemos todos los días en la consulta y puede ayudarnos a oftalmólogos y oftalmólogas a definir si el/la paciente en cuestión necesita otro tratamiento o incluso cirugía.
En ICR estamos desarrollando, junto con varios centros universitarios de todo el país, dos tipos de herramientas.
El primero consiste en una opción que sea capaz de estimar la evolución futura del glaucoma en pacientes concretos/as. Estamos desarrollando una herramienta que nos indique cuál es la probable evolución de casa paciente en los siguientes años. La tecnología partirá de los datos clínicos y pruebas que se utilizan en el diagnóstico y el tratamiento del glaucoma, particularmente las imágenes de OCT del nervio óptico y el campo visual.
El segundo es una herramienta que nos ayude a decidir cuál es el tratamiento más adecuado para cada paciente. Queremos que esta herramienta con Inteligencia Artificial considere todos los datos, factores e incluso actividades del/la paciente en cuestión. De nuevo es algo que el/la especialista en oftalmología y glaucoma hace cada día muchas veces, pero será muy útil disponer de una herramienta precisa que tenga en cuenta, en sólo unos segundos, la evolución de miles de pacientes similares al que se está examinando en ese momento. Así, con esta amplia base de datos de pacientes y su respuesta a cada tratamiento, indicará la probabilidad de éxito de cada tipo de tratamiento para cada paciente, sirviendo de guía a oftalmólogos y oftalmólogas a la hora de prescribir uno de forma individualizada, y aplicar así la medicina de precisión.
El futuro de la IA es indudablemente brillante y variado. Sin embargo, en medicina, investigadores, médicos y pacientes debemos exigir que las herramientas sean precisas, seguras y compatibles con el conocimiento científico basado en la evidencia. Por ello, en el futuro próximo la aplicación de la IA en medicina será algo más lenta que en otros entornos. Cualquier aplicación médica debe ser adecuadamente evaluada antes de ser aplicada en pacientes.
A pesar de que las ventajas son innumerables y seguro que la IA nos ayudará a mejorar la asistencia médica en oftalmología en general y en glaucoma en particular, evidentemente hay limitaciones que deben ser reconocidas.
En primer lugar, es muy importante alimentar las herramientas de inteligencia artificial con datos de buena calidad. De no ser así, la herramienta que se desarrolle no funcionará bien.
En segundo lugar, cualquier herramienta clínica debe ser exhaustivamente evaluada con métodos científicos.
En tercer lugar, los algoritmos de decisión de las herramientas de IA no son completamente transparentes. Ya es posible extraer cierto conocimiento de los mismos, pero todavía hay camino por hacer en ese aspecto.
No, la Inteligencia Artificial no sustituirá a los médicos. Sin embargo, sí que nos ayudará en la toma de decisiones para la adecuada asistencia de nuestros pacientes. La IA nos hará ser mejores profesionales de medicina, podremos disponer de más tiempo y tomar mejores decisiones clínicas. Pero, sin duda, tendremos que aprender a utilizar estas herramientas.
La IA realizará algunas actividades más sistemáticas que, a día de hoy, hacemos los/las especialistas médicos. Estas tareas pueden ser ejecutadas con una mayor rapidez y precisión por una herramienta adecuadamente evaluada y aprobada que por un ser humano, por muy bien entrenado que esté.
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