Los deportistas representan un colectivo que corre un riesgo más elevado de sufrir accidentes oculares. La práctica de deportes es una de las causas principales de traumatismos oculares. Además, los deportistas tienen necesidades especiales en cuanto a que precisan de una visión de alta definición y un sistema de corrección óptica que debe ser práctico. Defectos de refracción como la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo suponen una gran molestia al exigir una elevada dependencia de las gafas, que resultan molestas al practicar deporte.
Según el tipo de deporte que se practique, existen riesgos específicos para la salud visual:
Algunos deportes requieren una elevada precisión visual, como las disciplinas de tiro. Ésta puede verse alterada por problemas oculares que distorsionen la puntería como es que se afecte la visión binocular, la fusión y la capacidad de respuesta visual. Algunas de estas alteraciones no se perciben en las fases precoces o iníciales, aunque sí afectan al rendimiento del deportista.
Además, para obtener ciertas licencias federativas, como pueden ser las licencias automovilísticas o de tiro olímpico, es necesario someterse y aprobar ciertos exámenes visuales. Dichos controles visuales específicos evalúan parámetros como la visión estática, la visión dinámica, la visión periférica y la motricidad ocular.
Protección contra los rayos del sol
El uso de gafas de protección solar es necesario para prevenir daños oculares causados por los rayos UVA y la luz azul del sol. Es necesario protegerse los ojos con gafas con los cristales tintados y homologados para prevenir daños en el cristalino, la retina y la mácula.
Protección contra contusiones y perforaciones
Los traumatismos oculares son la causa principal de ceguera en los niños. El uso de gafas de protección deportivas es esencial para prevenir dichos traumatismos. Las gafas de protección deben de ser de policarbonato y disponer de la protección ultravioleta; así como de la certificación europea necesaria para el deporte en cuestión.
Uso de lentes de contacto
El uso de gafas graduadas convencionales no constituye una protección adecuada para los ojos al practicar deporte. Por eso, es necesario o bien el uso de gafas protectoras específicas graduadas o el uso de lentes de contacto con gafas protectoras específicas sobre las mismas.
Aunque el uso de lentes de contacto ofrece una mejor visión periférica, evita empañamientos y limita en menor grado el campo de visión, nunca deben utilizarse por sí solas sin protección adicional, ya que en caso de traumatismo podrían suponer un mayor peligro para la visión.
Las lesiones provocadas por traumatismos oculares pueden conllevar no solo daños superficiales como, contusiones, derrames, lesiones en la superficie de la córnea como abrasiones corneales, inflamaciones (iritis, edema macular). Si no también lesiones más profundas como perforación corneal, fracturas de los huesos de la órbita o desprendimiento de tejidos oculares (desprendimiento de retina, desprendimiento de vítreo) entre otros.
Frente a cualquier tipo de lesión ocular, es necesario consultar a un oftalmólogo de urgencias.
Algunos de los síntomas más frecuentes que pueden referir los pacientes tras un traumatismo ocular, y que ante los mismos debería acudir al servicio de urgencias son: ojo rojo, edema importante de los parpados, pérdida transitoria o permanente de la visión, dolor, moscas volantes o miodesopsias y fogonazos de luz o fotopsias.
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