Falta total de percepción de los colores, en el primer caso por falta de conos en la retina y, en el segundo, por la presencia de un solo tipo de conos.
La discromatopsia se define como la discapacidad de visión de los colores. Puede ser congénita, como pasa con el caso del daltonismo, o adquirida.
Es un defecto genético enmarcado en la discromatopsia que provoca la dificultad de distinción de los colores. El origen etimológico de la palabra proviene del físico y matemático John Dalton, que sufrió este trastorno.
El daltonismo tiene grados muy variables y puede ir desde la capacidad de distinción de cualquier color (acromatopsia) a una ligera dificultad de distinción entre algunos de los matices de los colores verde y rojo, que puede resultar problemática en muchos ámbitos de la vida habitual.
Es un trastorno hereditario asociado al cromosoma X, por lo que las mujeres tienen menos probabilidades de sufrirlo. Se puede clasificar según el color implicado y el grado de afectación.
Daltonismo monocromático
Solo se dispone de uno de los tres pigmentos de los conos y la visión se reduce en un solo color.
Daltonismo dicromático
Es un defecto moderadamente grave por el que hay una falta o disfunción de uno de los tres mecanismos básicos del color o conos. Puede ser de tres tipos:
Protanopía
Falta de receptores que permiten identificar las longitudes de onda larga, las del color rojo. El rojo parece beige oscuro y el verde se asemeja mucho al rojo.
Deuteranopía
Es la forma más habitual de daltonismo dicromático y consiste en una falta de receptores que permiten identificar las longitudes de onda media correspondientes al color verde. Los efectos son parecidos a los de la protanopía, pero los rojos no se ven tan oscuros.
Tritanopía
Falta de receptores que permiten identificar las longitudes de onda cortas correspondientes al color azul. El azul y el verde se confunden, los amarillos se pueden ver afectados y distinguirse o verse de manera similar a los rojos.
Daltonismo tricromático anómalo
Aquellos que lo sufren disponen de los tres tipos de conos, pero con defectos funcionales. Por eso, confunden los colores entre sí. Es el grupo más abundante entre los daltónicos y los efectos son similares al de los daltónicos dicromáticos pero más leves o suaves. Lo hay de tres tipos, que corresponden a los del daltonismo dicromático:
Protanomalopía
Alteración de los receptores que permiten identificar las longitudes de onda larga, las del color rojo. La protanomalopía tiene efectos similares, aunque más suaves, a los de la protanopía.
Deuteranomalopía
Es la forma más habitual de daltonismo tricromático y consiste en una alteración de los receptores que permiten identificar las longitudes de onda media correspondientes al color verde. Los efectos son parecidos a los de la protanomalopía, pero los rojos no se ven tan oscuros. La deuteranomalopía es similar, aunque más suave que la deteranopía.
Tritanomalopía
Alteración de los receptores que permiten identificar las longitudes de onda cortas correspondientes al color azul. El azul y el verde se confunden, los amarillos se pueden ver de manera similar a los rojos. Es similar, pero más suave que la tritanopía.
DEFICIENCIAS ADQUIRIDAS
Las deficiencias adquiridas pueden afectar de la misma manera a hombres y mujeres y suelen ser monoculares, es decir que afectan a un solo ojo. En este caso, las más habituales son las que corresponden a la alteración de la percepción del color azul y afectan habitualmente a ancianos o a niños.
Puede deberse a enfermedades de tipo infeccioso (sífilis) o no infeccioso, como pueden ser las cataratas, el glaucoma o la degeneración macular, así como también al consumo excesivo de alcohol, tabaco o drogas.
Se puede detectar mediante una serie de tests visuales específicos como es, por ejemplo, el test d”Ishihara, unas láminas donde hay que identificar un número.
También puede utilizarse el test de Farnsworth, formado por fichas de colores de hasta 100 tonalidades distintas numeradas en el anverso. El paciente debe ordenarlas según las tonalidades de color.
También existe el anomaloscopio, un aparato que utiliza colores espectrales que se han obtenido mediante prismas y que descomponen la luz blanca. Es un dispositivo muy preciso para detectar los déficits y grados de alteración de la visión de los colores.
Se han llevado a cabo muchos intentos de mejorar la percepción de los colores, especialmente en pacientes dicrómatas, pero no se ha conseguido ninguna ayuda capaz de ofrecer la misma visión de la que gozan los tricrómatas. Los primeros intentos consistieron en filtros rojos monoculares, pero la falta de estética y efectividad limitada llevaron a un uso reducido. Más adelante, fueron las lentes de contacto X-Crom™ y las Chromagen™, pero ninguna de ellas ha conseguido el objetivo establecido.
Pero parece que la revolución informática empieza a proporcionar programas de ayuda para la visualización de colores con los que quizás, en un futuro, se encontrará una solución a las anomalías cromáticas de la visión.
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