Las personas menores de 60 años llegan a mirar una media de 8 horas al día dispositivos electrónicos a corta distancia. Los efectos de las pantallas en la visión pueden incluir fatiga visual, picor, ojo seco, visión borrosa, enrojecimiento o incluso dolor de cabeza y dolor en los párpados.
Según un estudio realizado por el Col·legi Oficial d’Òptics i Optometristes de Catalunya, las personas mayores de 60 años pasan casi 4 horas diarias delante la pantalla mientras que muchos menores de 30 años pasan más de 10 horas, de las cuales 3 horas y media las pasan mirando el teléfono móvil. Hay que tener en cuenta que el tiempo estimado recomendable seria como máximo dos horas al día.
Tenemos que ser conscientes que el uso excesivo de pantallas y a una distancia corta con estas provoca un esfuerzo mayor a la hora de enfocar y por lo tanto no solo provoca fatiga visual sino que además puede llegar a aumentar la miopía u otros defectos de refracción. Mirar a una pantalla a corta distancia durante tantas horas seguidas supone para nuestro sistema óptico un sobreesfuerzo muy importante. En el caso de los teléfonos móviles y las tabletas, el factor de la distancia es primordial. La letra y la medida de la pantalla son más pequeñas y nos acercamos más sin darnos cuenta.
Además, según se ha comprobado a través de numerosos estudios, dormir con un aparato electrónico cerca puede afectar la calidad del sueño. La luz de estos dispositivos afecta el sueño y la concentración para dormir. Este hecho, provoca que el rendimiento del día a día sea menor y este directamente relacionado con un mayor uso de las pantallas electrónicas antes de ir a dormir.
Otro factor que afecta en gran parte el sueño es la luz azul que emiten tanto los ordenadores como las tabletas. Este tipo de luz penetra muy fácilmente en nuestros parpados y activa un estado de “alerta” en el cerebro que no ayuda a relajarnos y por el cual nos cuesta más dormirnos y descansar durante la noche.
Hoy en día, las pantallas son una realidad en nuestra vida personal y profesional. Es casi imposible evitar la exposición visual de estos dispositivos. Sí que podemos pero, seguir una serie de consejos que nos ayudaran a reducir el que hoy en día ya se cataloga como Síndrome Visual Informático (SVI):
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