Cada vez más personas utilizan el patinete eléctrico para desplazarse por la ciudad. Es un medio de transporte eficiente y rápido y que en muchos casos puede alcanzar velocidades muy altas. Por ello, si no va acompañado de la protección adecuada puede comportar riesgos importantes, también para los ojos.
Durante los trayectos en patinete eléctrico, sus usuarios están expuestos al impacto de cuerpos extraños, es decir, de partículas presentes en el entorno o que se levantan al paso de otros vehículos por nuestro lado. Sin una protección adecuada, estos cuerpos pueden impactar directamente contra nuestros ojos y causar heridas intraoculares. Si el impacto es superficial normalmente no tiene consecuencias relevantes, pero si una partícula acaba penetrando en el interior del ojo puede provocar una herida intraocular que comporte problemas más graves. Algunos de estos pueden ser irritación ocular, conjuntivitis, abrasión de la córnea, hemorragia intraocular o, incluso, en casos que se compliquen, pérdida de visión.
Además, hay que tener en cuenta el riesgo de caída y la posibilidad de que este ocasione un impacto directo en el ojo y provoque un traumatismo ocular. O el peligro que supone que durante el trayecto nos entre una partícula en el ojo, que haga que lo cerremos o nos lo rasquemos, y que provoque que perdamos la estabilidad y tengamos un accidente.
Así, aunque la DGT estudia limitar la velocidad de los patinetes eléctricos a 25 km/h, según los especialistas del ICR los peligros para nuestros ojos se mantienen. Por ello, recomiendan a los usuarios de patinete eléctrico protegerse no solo con casco sino también con gafas de protección a la hora de circular por la ciudad.
En este sentido, tanto el periódico La Vanguardia, como la cadena de televisión betevé o el diario Terrassa Digital, se han hecho eco de la recomendación de los oftalmólogos del Institut Català de Retina, compartiendo estos consejos con sus lectores en sus respectivos sitios web.
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