Dos nuevos estudios realizados en los Estados Unidos analizan la relación entre los problemas oculares y el riesgo de sufrir demencia o enfermedades cardiovasculares respectivamente. Según los resultados, los exámenes oculares en adultos podrían ayudar a detectar de forma precoz estas afecciones para así ponerle remedio cuanto antes.
No es la primera vez que se habla de la relación entre la pérdida de visión y el deterioro cognitivo o de cómo una revisión ocular podría ayudar a detectar enfermedades como el Alzheimer. Este nuevo estudio, que ha contado con la participación de 1200 personas, refuerza la evidencia de este vínculo.
Para llevarlo a cabo, los investigadores controlaron la visión de los adultos con demencia durante 16 años, verificando tres tipos diferentes de pérdida de la visión. Midieron también el lenguaje, la memoria, la atención y varias medidas de agilidad mental de los adultos, incluidas las habilidades para planificar, prestar atención, recordar instrucciones y realizar múltiples tareas a la vez.
De acuerdo con los resultados del estudio, las personas con la peor agudeza visual tenían un mayor riesgo de deterioro del lenguaje y la memoria. Asimismo, aquellas que tenían dificultades para detectar objetos colocados sobre fondos de colores similares, es decir sensibilidad al contraste, tenían un mayor riesgo de deterioro del lenguaje, la memoria, la atención y la capacidad visoespacial. Por último, según el estudio, las personas con mala percepción de la profundidad tendrían un mayor riesgo de deterioro del lenguaje y la memoria.
Sin embargo, el estudio no deja claro si la pérdida de la visión causa demencia o es la demencia la que causa pérdida de visión. Por lo que por ahora se necesitan más estudios en esta dirección para determinar la forma en la que estas afecciones están relacionadas. No obstante, lo que sí queda claro es la importancia de realizar revisiones oftalmológicas regulares a las personas mayores.
Según otro estudio, los oftalmólogos pueden detectar también signos de enfermedad cardiovascular durante un examen ocular. Esto es debido a que las personas con enfermedades cardiovasculares pueden tener señales de infarto ocular en la retina.
Los infartos oculares ocurren cuando el ojo sufre una obstrucción total o parcial de alguna de las arterias o venas de la retina, lo que hace que las células mueran. Esto deja unas marcas, que corresponden a un adelgazamiento de la retina infartada, que pueden ser detectadas por el oftalmólogo a través de una OCT. De acuerdo con este estudio, estas lesiones pueden estar presentes en pequeñas cantidades en personas sanas. Sin embargo, las personas con enfermedades cardiovasculares tienden a tener un número mucho mayor de lesiones. Los investigadores llegaron a estos resultados mediante la revisión de los registros médicos de 84 personas con enfermedades cardiovasculares y 76 personas sanas, a quienes en todos los casos se había realizado una OCT.
Los ojos son la única parte del cuerpo donde un médico puede ver en vivo los vasos sanguíneos, los nervios y el tejido de conexión sin necesidad de un procedimiento invasivo. Ese es el motivo por el que los oftalmólogos pueden ser los primeros en detectar problemas de salud, como presión arterial alta, colesterol alto y accidentes vasculares entre otros.
Tal y como apunta este estudio, los oftalmólogos remiten a los pacientes a un cardiólogo si detectan infartos oculares en un escáner OCT, especialmente si el paciente no se ha sometido a un examen médico completo o incluso no tiene antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular.
Escríbenos o pide hora para una consulta con uno de nuestros especialistas.