Varios miembros del Departamento de Retina de ICR han participado en un estudio colaborativo internacional sobre los factores anatómicos que ayudan a lograr el sellado no quirúrgico del agujero macular de espesor total. El estudio, que se ha publicado recientemente en la prestigiosa revista del British Journal of Ophthalmology, ha contado con la participación de retinólogos de todo el mundo, entre los cuales el Dr. Jürgens, la Dra. Rey, el Dr. Bruix, la Dra. Pera y la Dra. Belotto.
El agujero macular es una rotura de la mácula, situada en el centro de la retina. El vítreo unido a la retina tracciona y en algunos casos puede generar un defecto de espesor total, es decir un agujero en la mácula. Es más frecuente en mujeres y en algunos casos puede afectar a los dos ojos.
El agujero macular se caracteriza por la pérdida de la visión central y distorsión en las imágenes en uno de los ojos. La distorsión se manifiesta como ondulación de las líneas rectas, y los números o letras pueden saltar de línea. Otros síntomas que manifiestan los pacientes son una mancha gris central o una mancha ciega en la visión central, además de mayor dificultad para la lectura.
El agujero macular generalmente se manifiesta de forma aguda de un día para otro, pero en ocasiones la pérdida visual es más progresiva. Algunos pacientes no se dan cuenta hasta el momento en que por algún motivo deben ocluir el ojo que no se encuentra afectado.
En la elaboración del estudio se ha contado con la participación de 78 pacientes con una edad media de 58 años. Entre ellos había 18 pacientes con antecedentes de traumatismo contuso, 18 pacientes que recibieron terapias tópicas o intravítreas y 42 pacientes con agujero macular idiopático de espesor total.
El agujero macular se reabrió en 7 ojos después de una media de 8,6 meses. Se observó tracción vitreomacular en 12 ojos, desprendimiento vítreo posterior perifoveal en 42, membrana epirretiniana foveal en 10, edema macular cistoide en 49 y líquido subretiniano en 20.
Mediante un análisis multivariado, la agudeza visual inicial se correlacionó con la altura y el diámetro más estrecho del orificio, mientras que la agudeza visual final se correlacionó con el diámetro basal. El tiempo para el cierre del agujero macular (mediana de 2,8 meses) se correlacionó con el diámetro más estrecho y la presencia de líquido subretiniano.
El tiempo medio de cierre fue de 1,6 meses para ojos con traumatismo, 4,3 meses para ojos sin traumatismo pero con terapia para edema macular cistoide, 4,4 meses para ojos sin traumatismo y sin terapia en un tamaño inferior a 200 micras y 24,7 meses para más de 200 micras.
Los datos extraídos del estudio sugieren un período de observación ante la nueva aparición de agujeros maculares de espesor total para el cierre no quirúrgico, en el caso de un traumatismo, tratamiento de edema macular cistoide y tamaño del agujero menor a 200 micras.
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