La revista oftalmológica Annals d’Oftalmologia ha publicado recientemente un estudio de la Dra. Ibáñez, responsable del Departamento de Oculoplástica de ICR, sobre un caso de enfermedad de Bowen palpebral en una paciente inmunosuprimida debido a un trasplante renal. A pesar de que la aparición de carcinomas es más habitual en pacientes trasplantados, se trata del primer caso documentado de paciente con enfermedad de Bowen palpebral bilateral simultáneo.
La enfermedad de Bowen es la forma más temprana de cáncer escamocelular. Este tipo de cáncer no se propaga a tejidos cercanos porque aun se encuentra en la capa externa de la piel. Las lesiones tienen un color marrón rojizo y presentan descamación o costras; en ocasiones pueden confundirse con psoriasis, dermatitis o eccema.
El estudio de la Dra. Ibáñez presenta el primer caso documento de enfermedad de Bowen palpebral bilateral simultáneo. La paciente, una mujer de 58 años, trasplantada renal 17 años antes, acude a la consulta con eccema palpebral en ambos párpados superiores. Después de recibir tratamiento tópico sin mejoría se le realiza una biopsia incisional que confirma un carcinoma escamoso in situ extenso. Se decide, junto a la paciente, realizar la extracción quirúrgica completa de las lesiones con reconstrucción palpebral asociada. La evolución de la paciente fue positiva, no presentó molestias ni signos de recaída y el resultado estético y funcional fue muy satisfactorio para la paciente.
Los tumores malignos palpebrales representan del 5 al 10% de los tumores cutáneos, con una incidencia de cáncer palpebral aproximada de 15 casos por cada 100.000 personas por año. Según la Dra. Ibáñez, “este tipo de tumores requieren consideraciones especiales al plantear un tratamiento, ya que se debe tener en cuenta el impacto funcional de la resección quirúrgica y la posterior reconstrucción para garantizar una buena protección ocular y mantener la función visual”. Por ello, hay que valorar factores como localización, tamaño, estado inmunitario, edad, y preferencia del paciente. Sin embargo, debido a la evidencia científica limitada en cuanto al tratamiento no quirúrgico de estos tumores, no existe un tratamiento más recomendable que otro.
La Dra. Ibáñez explica también que es importante que el diagnóstico se realice cuidadosamente, ya que puede ser clínicamente indistinguible de otros tumores malignos como un carcinoma basocelular, o patologías menos graves como blefaritis crónica, queratosis actínica, dermatitis eccematosa o psoriasis, entre otras. Y concluye: “Hasta un 16% de casos con enfermedad de Bowen fueron diagnosticados inicialmente como blefaritis. Por este motivo ante una lesión sospechosa o crónica que no mejora con el tratamiento tópico se debe realizar biopsia”.
Escríbenos o pide hora para una consulta con uno de nuestros especialistas.