Participación en el 51º Congreso de la Sociedad Canaria de Oftalmología
Entre los pasados 6 y el 8 de junio de 2024 ha tenido lugar el 51° Congreso de Sociedad Canaria de Oftalmología, celebrado en Lanzarote. Un año más, el evento ha contado con invitados de alto nivel de todo el país, entre los que ha habido dos especialistas médicos de ICR: La Dra. Agnieszka Dyrda, de los departamentos de Catarata y de Retina y Vítreo, y el Dr. José Manuel Navero, de los departamentos de Glaucoma y Catarata.
La Dra. Dyrda participó en la mesa redonda de glaucoma, en la que respondió a la pregunta “¿Corren los pacientes riesgo de sufrir hipertensión intraocular y/o glaucoma tras la administración de inyecciones intravítreas de agentes anti-VEGF?».
La doctora explicó, basándose en la literatura científica y en la propia experiencia en consulta, que la presión intraocular aumenta en los primeros minutos tras la inyección intravítrea. Sin embargo, estos picos son pasajeros y se autolimitan.
No se ha demostrado científicamente una relación directa entre las inyecciones intravítreas de fármacos anti-VEGF y la hipertensión ocular a largo plazo. Tampoco se han observado de forma representativa cambios estructurales en el nervio óptico ni cambios en el campo visual debidos a la administración del tratamiento.
Por ello, durante su intervención, la Dra. Dyrda concluyó que no hay argumentos científicos suficientes para confirmar el riesgo de sufrir glaucoma en los pacientes tratados con inyecciones intravítreas con estos medicamentos.
Destacó que, por el contrario, los beneficios de este tratamiento superan los posibles riesgos, pues, gracias a estas inyecciones, se puede preservar la visión de pacientes con enfermedades como degeneración macular asociada a la edad, oclusiones venosas y retinopatía diabética.
La experiencia de la Dra. Dyrda también respaldó el contenido de su ponencia en la mesa redonda de retina. En esta ocasión, la oftalmóloga habló de casos complejos de cirugía vitrorretiniana. Insistió en la importancia de tener conocimientos y habilidades para realizar todas las técnicas quirúrgicas y así poder ofrecer el mejor tratamiento a cada paciente. Dependiendo del caso, el desprendimiento de retina debe ser intervenido mediante cirugía escleral, vitrectomía o la combinación de ambas.
Por otro lado, en afecciones como membrana epirretiniana macular o miodesopsias, además de la agudeza visual, el/la cirujano/a también debe tener en cuenta la calidad visual del paciente, ya que las metamorfopsias o la disminución de la sensibilidad al contraste juegan un papel importante en la calidad de visión y de vida del paciente.
El Dr. José Manuel Navero también participó en el evento en dos ocasiones. En ambas intervenciones la temática giró alrededor de implantes para tratar el glaucoma.
Por un lado, el Dr. Navero habló sobre el implante de Paul, un nuevo dispositivo de drenaje que, a pesar de encontrarse en la misma categoría de implantes valvulados que el de Ahmed o el de Baerveldt, presenta una serie de ventajas. Algunas de ellas son una mayor eficacia y seguridad, gracias al tamaño más reducido del tubo intraocular, que permite disminuir las complicaciones.
La intervención con este tipo de implante suele hacerse en caso de que otros tratamientos (colirios hipotensores, trabeculoplastia u otros procedimientos quirurgicos) no hayan logrado detener o ralentizar la progresión del glaucoma.
Por otro lado, el oftalmólogo ofreció un simposio sobre el implante iStent Inject W junto con otra oftalmóloga, la Dra. Reñones. La ponencia se centró en la experiencia y resultados de ambos profesionales en una técnica más consolidada que el implante PAUL.
En el caso del iStent Inject W, se utiliza para tratar pacientes con hipertensión ocular o glaucoma leve a moderado, y se puede asociar a la cirugía de cataratas. Se trata de uno de los dispositivos implantables más pequeños del mundo, formado por dos prótesis. que se colocan en la vía de drenaje natural del globo ocular facilitando y aumentando la salida del humor acuoso a través de ellos, con lo que se consigue una reducción de la presión intraocular. Esta técnica se caracteriza por un perfil de seguridad muy elevado, y ha demostrado su eficacia en la disminución de la presión ocular y en la estabilización del daño glaucomatoso a lo largo del tiempo.
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