La revista Archivos de la Sociedad Española de Oftalmología ha publicado un artículo elaborado por el Departamento de Órbita y Oculoplastia de ICR que trata un caso de reconstrucción de párpado inferior mediante injerto de pericráneo y colgajo de Mustardé.
El artículo aborda el caso de un paciente de 68 años que acudió a la consulta con un tumor por carcinoma basocelular (un tipo de cáncer de piel) que le afectaba el párpado inferior izquierdo. Debido a la dificultad para identificar clínicamente el margen y a la naturaleza difusa de las lesiones, se realizó una resección quirúrgica del tumor y un diagnóstico anatomopatológico en el mismo acto quirúrgico, lo que dejó un amplio defecto cutáneo que afectaba el canto interior, dos tercios del párpado inferior y 2,5 cm de la mejilla. Para la reconstrucción completa del defecto se reconstruyó la lamela posterior del párpado inferior con un injerto de pericráneo con el objetivo de proporcionar soporte posterior (lamela posterior); por otra parte, se reconstruyó la lamela anterior con un colgajo de mejilla de Mustardé, el cual proporcionó unos buenos resultados funcionales y estéticos. Después de 12 meses de seguimiento, se pudo comprobar que el paciente presentaba un buen aspecto estético y una buena función de los párpados.
La reconstrucción del párpado inferior y el canto interno es con frecuencia un reto importante para el cirujano oculoplástico. La utilización de tejido pericráneo junto con un colgajo de Mustardé puede ser una buena alternativa quirúrgica para obtener resultados estéticos y funcionales adecuados en grandes defectos y que perduren en el tiempo. El colgajo no solo aporta piel adicional de un color y textura correctos, sino que también garantiza un suministro sanguíneo adecuado para el injerto de pericráneo. Asimismo, también se comprobó que el injerto de pericráneo es una buena opción para reconstruir lamela posterior, que proporciona suficiente tejido para cubrir defectos de gran tamaño, con un volumen adecuado y un período posoperatorio indoloro.
Se puede consultar el artículo completo en la web de la revista Archivos de la Sociedad Española de Oftalmología.
Los tumores palpebrales aparecen en los párpados en forma de lesiones, granitos o pequeños bultos, mientras que los tumores orbitarios son los que se encuentran en la cavidad orbitaria, que envuelve el ojo.
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