En una de les últimas sesiones clínicas del ICR, la D.O.O. Raquel Mompart presentó los resultados de un estudio hecho en el ICR. El proyecto lleva por título “Fijación y área foveal en ambliopía” y su objetivo es determinar, en pacientes pediátricos con ambliopía, si hay alguna relación entre la estabilidad de la fijación de la mirada y el área foveal, que es la zona de la retina que percibe los colores y la nitidez. Es decir, si la dificultad por fijar la mirada con un ojo vago se relaciona con la agudeza visual del paciente. Por eso también se tuvieron en cuenta y se analizaron varios parámetros de habilidades visuales en estos pacientes.
La ambliopía u ojo vago es una alteración de la visión provocada por una asimetría en el uso de los ojos (el cerebro recibe una información de peor calidad por parte de uno de ellos, dando preferencia al otro). Habitualmente se desarrolla en edades muy tempranas y es la primera causa de pérdida de visión infantil. Es importante detectarla a tiempo, porque el índice de éxito del tratamiento disminuye a partir de los 7-8 años del paciente.
El estudio se ideó para realizarse en los propios centros del Institut Català de Retina, en Barcelona y en Terrassa. Por eso se elaboraron los protocolos correspondientes y se presentó al comité ético de la institución. También se solicitó una beca de investigación que concede anualmente el Ayuntamiento de Terrassa. Con la luz verde del comité de ética y la concesión de la beca para la subvención, se puso en marcha.
Se tomó una muestra de 40 pacientes de entre 5 y 9 años, previo consentimiento de las familias o responsables legales. La muestra se repartía en 4 grupos dependiendo del tipo de ambliopía que padecían:
Además de las pruebas para definir si cada paciente podía formar parte del estudio o no, durante la investigación se realizó a cada niño o niña una microperimetría para evaluar la estabilidad del punto de fijación de la mirada y una OCT angiográfica para analizar el área foveal.
La primera prueba diagnóstica no es invasiva y se utiliza para medir la sensibilidad de la mácula o bien, como en este caso, para estudiar la estabilidad del punto de fijación de la mirada e identificar ángulos muertos. La microperimetría proporciona un valor de área que, cuanto más elevado, implica una peor estabilidad de fijación.
La segunda, la tomografía de coherencia óptica (OCT por sus siglas en inglés), es una prueba que utiliza un haz de luz para realizar una imagen de una sección (una tomografía) de las estructuras oculares con una resolución muy alta. Dado que la imagen se puede ampliar mucho, permite hacer un examen muy preciso de la sección del ojo que se quiera analizar (nervio óptico, segmento anterior, etc.); en este estudio, la fóvea.
Los resultados de estas pruebas indican que hay una correlación negativa entre la estabilidad de fijación y el área foveal. No obstante, será necesaria más investigación para poder confirmar o desmentir estas relaciones.
Lo que sí puede concluir el estudio es que todos los pacientes con ambliopía presentan una peor agudeza visual; más dificultades en la sensorialidad, la percepción 3D, la detección de las formas, la sensibilidad al contraste, y una estabilidad de fijación peor, siempre en comparación con un ojo que no tiene ambliopía.
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