La revista Annals d’Oftalmologia ha incluido en su último número, dedicado al queratocono, un artículo sobre el trasplante de la membrana de Bowman elaborado por el Dr. Jordi Gatell, responsable del Dpto. de Córnea y Superficie Ocular de ICR. El artículo describe esta técnica, sus indicaciones, las maniobras quirúrgicas y sus resultados.
El trasplante de membrana de Bowman (TMB) se introdujo por primera vez en 2014 y desde entonces se ha hecho un hueco como alternativa terapéutica del queratocono. Esta técnica consiste en realizar un bolsillo intraestromal en la córnea del paciente e introducir la membrana de Bowman, que se ha obtenido previamente mediante una disección de la córnea donante. En casos de haze (opacidad) subepitelial intenso también puede utilizarse en la superficie de la córnea.
Esta técnica se usa principalmente en los casos de queratocono que no pueden ser tratados con anillos intracorneales o cross-linking y en los cuales no se valora aún realizar una queratoplastia lamelar anterior profunda (DALK, Deep Anterior Lamellar Keratoplasty) ni una queratoplastia penetrante (QPP). El objetivo del trasplante de membrana de Bowman es dar estabilidad a la córnea para evitar su progresión y, a la vez, modelarla y conseguir su aplanamiento. Se trata de una cirugía relativamente simple y con muy pocos riesgos operatorios, por lo que tiene una alta tasa de éxito, al contrario que con otras técnicas como la DALK, que tiene un riesgo alto de reconversión a queratoplastia. Sus resultados, además, son favorables y permiten observar reducciones de la queratometría, en algunos casos de forma notable, e incluso, con adaptación de lentes de contacto, se consiguen alcanzar agudezas visuales aceptables.
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