Un análisis de 121 pacientes que se remonta al comienzo de la pandemia revela los efectos más comunes que deja la COVID en el ojo. Según este nuevo estudio, pocas personas con COVID desarrollarán problemas oculares. Sin embargo, cuando estos problemas ocurren, pueden ir de leves a muy graves para la visión. Incluso muchos de ellos pueden afectar la retina, una capa de células sensibles a la luz que se encuentra en la parte posterior del ojo y que tiene un papel clave en la visión.
Las personas responden de diferentes formas a las infecciones por COVID. Como ya hemos visto, algunas personas desarrollan problemas respiratorios que pueden ir de leves a graves y, en cambio, otras no experimentan ningún síntoma. Por lo que respecta a los ojos, la conjuntivitis sigue siendo el signo más común de COVID en los ojos, tanto en criaturas como en personas adultas.
Los médicos aún están aprendiendo cómo la COVID afecta los ojos, pero lo que sí se sabe es que algunas personas con COVID experimentan inflamación en todo el cuerpo. Esta inflamación puede provocar la formación de coágulos de sangre. Estos coágulos, a su vez, pueden viajar por el cuerpo y llegar a las venas, arterias y vasos sanguíneos del ojo.
Según este nuevo estudio, los 4 problemas oculares más comunes que pueden desarrollarse después de una infección por COVID son:
Cuando los coágulos de sangre impiden que los nutrientes lleguen a la retina, el tejido de la retina comienza a hincharse y a morir. Al examinar la retina, esta área se ve blanca y esponjosa como un algodón. Estos puntos no suelen afectar la visión de una persona.
Los coágulos de sangre en las arterias de la retina pueden bloquear el flujo de oxígeno y provocar la muerte de las células. Esto se conoce como oclusión de la arteria retiniana o infarto retiniano. El síntoma más común de un infarto ocular es la pérdida de visión repentina e indolora.
Cuando una vena de la retina se obstruye, la sangre no puede drenar como debería. La acumulación de sangre eleva los niveles de presión dentro del vaso, lo que puede causar sangrado, hinchazón y fugas de líquido. Las personas con esta complicación pueden desarrollar visión borrosa o incluso ceguera repentina y permanente.
Ocurre cuando se rompe la pared de los vasos sanguíneos de la retina. A veces es causada por una oclusión de una vena retiniana. Una hemorragia puede provocar puntos ciegos y pérdida gradual o repentina de la visión.
Muy pocas personas con COVID experimentarán complicaciones graves relacionadas con los ojos, pero algunas personas tienen más probabilidades que otras de desarrollar estos problemas. Las personas con las siguientes afecciones corren un mayor riesgo:
Cuando se producen problemas oculares, estos tienden a desarrollarse entre una y seis semanas después de experimentar los primeros síntomas de COVID. Estos problemas se han visto tanto en personas que sufrieron cuadros graves de COVID, como en personas aparentemente sanas y sin síntomas.
Aunque este es el estudio más grande hasta la fecha sobre el impacto de la COVID en la retina, hay que tener en cuenta que el equipo investigador solo examinó la información de 121 pacientes. Los médicos continúan explorando la frecuencia con la que los problemas oculares afectan a las personas con COVID y cómo prevenir estas afecciones.
Si se presentan síntomas de COVID y se notan cambios en la visión, es importante reservar una cita con el oftalmólogo y avisarle antes por teléfono de los síntomas que se sufren para que el personal pueda tomar medidas de seguridad extraordinarias.
Asimismo, para proteger los ojos y la salud en general, es importante usar mascarilla alrededor de otras personas, y lavarse y desinfectarse las manos con frecuencia.
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