Los rasguños oculares se suelen producir cuando un objeto extraño impacta en nuestro ojo y provoca daños en el mismo. Los ojos son una de las partes más delicadas y vulnerables del cuerpo humano y, por ello, ante una lesión o rasguño en el ojo, es importante aplicar primeros auxilios hasta que podamos acudir al centro de urgencias oftalmológicas más cercano.
Cada parte del ojo tiene su función y, en algunos casos, es la de protegernos de agentes externos que pueden lastimar nuestra función visual. Las pestañas, por ejemplo, impiden la entrada de cualquier objeto extraño en el ojo. Cuando notamos que algo podría penetrar el ojo, instintivamente, cerramos los párpados para bloquearlo. Si alguna partícula o pequeño objeto acaba entrando, nuestras glándulas lagrimales producirán lagrimas para hidratar y limpiar el ojo.
Por otro lado, las cejas, que se encuentran situadas en la parte superior del ojo, impiden también que cualquier secreción pueda llegar hasta la zona ocular.
Si se nota escozor o dolor en el ojo, es posible que este sea producido por un rasguño. Otros signos pueden ser el enrojecimiento del ojo, lagrimeo y/o sensación de cuerpo extraño. También puede notarse incomodidad al abrir el ojo y sensibilidad a la luz. Estos síntomas pueden aparecer de inmediato o manifestarse al cabo de un tiempo.
En el caso de que haya entrado polvo, suciedad o cualquier otro pequeño objeto en el ojo, no hay que frotarse los ojos. En su lugar, se debe intentar pestañear para expulsar el objeto de forma natural, ya que la acción de frotar el ojo podría causar un rasguño ocular y dañar la córnea. Una abrasión corneal podría comportar, además, consecuencias más graves, como una cicatriz, y afectar la visión de manera permanente.
Así mismo, los rasguños oculares pueden hacer que nuestro ojo sea más susceptible de contraer infecciones oculares (bacterianas o por hongos), ya que pueden introducirse en nuestro ojo a través del rasguño.
Ante cualquier síntoma, es recomendable acudir a urgencias para que un oftalmólogo explore el ojo. De todos modos, a continuación dejamos unos consejos que pueden ser de utilidad inmediatamente después de sufrir un rasguño ocular:
En caso de que se produzca un rasguño ocular, no hay que realizar las acciones siguientes:
En caso de sufrir un rasguño en el ojo, se debe acudir a urgencias oftalmológicas para que se realice una exploración y se prescriba el tratamiento más adecuado, si fuera necesario.
Tras un rasguño ocular o abrasión en la córnea, es probable que el oftalmólogo recete gotas o pomada antibiótica y/o gotas con esteroides para evitar una inflamación y que se produzca una cicatriz.
Se deben seguir siempre las instrucciones del especialista en cuanto a la pauta del tratamiento y a los controles y revisiones que se establezcan.
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