diabetes visión

La diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no segrega suficiente insulina o cuando la que produce el organismo no se usa de forma eficaz. La insulina es una hormona que regula la glucemia, la concentración de azúcar en sangre. Por eso, un efecto común de la diabetes que no está controlada es la hiperglucemia, una situación que con el tiempo acaba dañando el funcionamiento de múltiples órganos.

Existen dos tipos diferentes:

  • Tipo 1. Se cree que está provocada por un ataque autoinmunitario a las células que producen insulina en el páncreas. Por eso el órgano deja de producirla y los pacientes dependen de la insulina. No se puede prevenir.
  • Tipo 2. Supone más de un 95% de los casos de diabetes. El cuerpo de los que la sufren produce insulina, pero la cantidad es insuficiente o de baja calidad. Su aparición está relacionada con el sobrepeso y una mala alimentación, y puede verse favorecida por factores genéticos. Afortunadamente, hay métodos para prevenirla.

También existe la diabetes gestacional, que surge en el embarazo. En este caso los niveles de hiperglucemia son superiores a los normales, pero inferiores a los establecidos para el diagnóstico de diabetes. Sufrirla aumenta el riesgo de tener complicaciones durante el embarazo y el parto y el de presentar diabetes de tipo 2 en el futuro, tanto la madre como los hijos.

Algunos datos sobre la diabetes

  • El número de personas con diabetes ha aumentado los últimos años y se prevé que siga creciendo. Los cálculos aproximan que en 2040 uno de cada diez adultos la tendrá.
  • El 46 % de los adultos con diabetes no está diagnosticado, por lo que cuando se alcanza el diagnóstico, habitualmente ya se han presentado complicaciones.
  • El 70% de los casos de diabetes de tipo 2 (160 millones de casos) podrían prevenirse o retrasarse con un estilo de vida más saludable.
  • El 12% del presupuesto global en sanidad se dedica a tratar adultos con diabetes.
  • La detección precoz de la diabetes tipo 2 puede ayudar a modificar su progresión y reducir el riesgo de complicaciones, como pueden ser la retinopatía diabética u otras enfermedades oculares relacionadas con la diabetes, como la DMAE o las oclusiones venosas y arteriales en la retina.
  • En muchos países, la diabetes es una de las principales causas de ceguera y de otras complicaciones graves.
  • Cada año, el 14 de noviembre se celebra a nivel mundial el día de la diabetes, una fecha marcada por la OMS para dar a conocer las causas, los síntomas, las complicaciones que puede conllevar la enfermedad, sus tratamientos y especialmente la forma de prevenir la diabetes.

Por eso es importante hablar de esta enfermedad, generar conciencia social, tratar de prevenirla y reducir la alta incidencia en la población.

Enfermedades oculares asociadas a la diabetes

Algunos de los problemas y complicaciones en la visión asociados a la diabetes son:

  • Retinopatía diabética, una enfermedad vascular derivada de la diabetes por la que los elevados niveles de glucemia alteran las paredes de los vasos sanguíneos y las vuelven más permeables, lo que genera una serie de problemas en la visión.
  • Hemorragias en el humor vítreo, derivadas de la retinopatía diabética.
  • Edema macular diabético, un encharcamiento de la zona central de la retina.
  • Desprendimiento de retina por tracción de la misma.
  • Cataratas, debido a la mayor tendencia a desarrollarlas que tienen las personas diabéticas (catarata diabética).
  • Glaucoma neovascular, un tipo de glaucoma secundario relacionado con la diabetes mellitus. Las personas con diabetes son un 40% más propensas a sufrir glaucoma.

¿Qué puedo hacer para evitar que la diabetes afecte a mi visión?

  • Acudir a revisiones oftalmológicas periódicas, al menos una vez al año, para detectar posibles complicaciones de la diabetes de tipo 1 y 2, ya que 1 de cada 3 personas afectadas por la diabetes sufre algún tipo de retinopatía diabética. Durante la revisión, el oftalmólogo dilatará las pupilas para evaluar el fondo del ojo, comprobar los vasos sanguíneos oculares y detectar posibles daños en la mácula o la retina.
  • Llevar una alimentación saludable, con alimentos bajos en grasas y con alto contenido en otros nutrientes, como verduras, proteínas magras (con poca grasa), cereales y panes integrales, frutas y lácteos. También es importante evitar el consumo de azúcares.
  • Si es diabético y, además, sufre de presión arterial elevada, es imprescindible llevar un control de la presión arterial y los niveles de glucemia y seguir hábitos saludables para mantenerlos en los niveles adecuados. El control de dichos niveles puede contribuir a reducir posibles daños oculares.
  • Comprobar los niveles de colesterol “bueno” y “malo”. Los niveles de colesterol malo elevados pueden provocar daños en los vasos sanguíneos.
  • Si fuma, déjelo. El consumo de tabaco provoca alteraciones en los vasos sanguíneos, lo que aumenta las probabilidades de sufrir problemas oculares.
  • Haga ejercicio físico siguiendo las recomendaciones de su doctor sobre su tipo y duración y controle los niveles de azúcar antes y durante la práctica del ejercicio. El ejercicio puede reducir los niveles de azúcar en sangre.

¿Cuándo debo ir al oftalmólogo? Síntomas y señales de alerta

Además de las revisiones regulares, acuda al oftalmólogo en caso de:

  • Sufrir visión borrosa
  • Experimentar problemas al leer señales o libros
  • Ver doble
  • Sufrir dolor en uno o ambos ojos
  • Experimentar enrojecimiento de los ojos durante un tiempo continuado
  • Sentir presión en el ojo
  • Ver manchas o moscas volantes
  • Ver torcidas las líneas rectas
  • Experimentar un empeoramiento de la visión en general
Contenido médico revisado por - Última revisión 22/03/2024

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