La ortoqueratología consiste en la adaptación de una lente de contacto especializada que ejerce un efecto modelador en la córnea durante la noche, mientras dormimos. De este modo, cuando el paciente se la quita por la mañana, puede ver bien durante todo el día sin necesidad de tener que utilizar gafas o lentes de contacto.
Cuando empezamos a dormir con las lentes de ortoqueratología, el defecto de graduación comienza a disminuir y el efecto se va notando progresivamente a medida que las vamos utilizando. En el caso de una miopía de 4 dioptrías, se tardará alrededor de unas 2 semanas a ver bien durante todo el día, aunque el periodo exacto dependerá de cada persona. Mientras tanto, durante el día, se pueden utilizar lentes de contacto desechables para compensar la miopía que aún no se ha corregido.
La ortoqueratología puede ser empleada en niños a partir de 5 o 6 años hasta adultos de 50 o 60 años. Antes, se debe valorar si es posible adaptar las lentes orto-k a la graduación o defecto refractivo de cada paciente.
En el caso de la miopía, se pueden tratar fácilmente graduaciones de hasta 4 o 5 dioptrías. Sin embargo, pueden llegar a tratarse pacientes con características ideales que presenten hasta 8 o 9 dioptrías. En cuanto a la hipermetropía, podríamos llegar a utilizarlas en casos de hasta 3 o 3,5 dioptrías y, en casos de astigmatismo, hasta 3,5 o 4 dioptrías.
En todo caso, y como cada ojo es único, es necesario realizar un estudio personalizado y detallado que valora si el paciente cumple los requisitos para usar las lentes de ortoqueratología. Este estudio incluye una prueba denominada topografía corneal, que consiste en obtener un mapa tridimensional de la córnea del paciente para determinar si es posible moldearla. Además, se valora la superficie ocular, la integridad y la calidad de la película lagrimal. Todo ello, junto con el número de dioptrías a tratar, nos permitirá valorar si el candidato es apto o no para la ortoqueratología.
Hay que tener en cuenta que la ortoqueratología no hace desaparecer la miopía ni la elimina. En el caso de los adultos, lo que consigue es tenerla camuflada durante todo el día gracias al uso nocturno de las lentes, lo cual permite una graduación cero durante todo el día. En el caso de los niños se utiliza la ortoqueratología para intentar evitar que su miopía siga aumentando. Se ha demostrado estadísticamente que, mediante el uso de la ortoqueratología, el aumento de la miopía es un 47 % menor que con el uso de gafas o lentes de contacto convencionales.
La adaptación es más específica que la de una lente de contacto convencional, ya que la lente se diseña a partir de la topografía corneal del paciente, como si fuera un molde. Además, la realización de una topografía corneal en cada visita de control nos servirá para ir monitoreando los cambios que se van experimentando.
No hay que perder de vista tampoco el hecho de que no se trata de una lente de contacto convencional, sino que se busca modelar la córnea. Por lo tanto, es normal que durante los primeros días o semanas de la adaptación sea necesario acudir a visitas frecuentes e incluso que sea necesario algún cambio de lentes hasta determinar las que mejor funcionen.
No. La ortoqueratología produce un modelado temporal de la córnea. Siempre que dormimos con la lente de contacto, al día siguiente, cuando nos la saquemos, veremos bien durante todo el día. Pero si se deja de utilizar la lente de contacto por la noche, al cabo de 4 o 5 días el ojo recupera por completo su forma y el paciente volverá a tener su graduación habitual.
Sin embargo, algunos pacientes con miopías no muy altas utilizan las lentes de contacto en noches alternas, aunque, a priori, sería necesario utilizarlas todas las noches para disfrutar de buena visión durante todo el día siguiente, desde primera hora, al levantarse, hasta última hora, al irse a dormir.
Es cierto que los contactólogos siempre dicen que no se debe dormir con lentes de contacto convencionales. Sin embargo, las lentes de ortoqueratología están fabricadas con un diseño y un material especial ultrapermeable al oxígeno, que permite dormir durante toda la noche sin que ello suponga un riesgo añadido para el paciente ni para su salud corneal.
No es una lente pensada para ver bien con ella puesta, pero en caso de que tengamos que levantarnos durante la noche para ir al baño, por ejemplo, no hay ningún problema para ver correctamente.
Los fabricantes recomiendan cambiar las lentes cada año, básicamente para garantizar una buena salud ocular. Quizás las lentes podrían seguir funcionando durante un periodo superior, pero es necesario minimizar riesgos oculares, ya que estamos durmiendo con esta lentilla y debe tener las condiciones óptimas, por lo que es recomendable sustituirlas anualmente.
Durante su periodo de uso éstas requieren un cuidado específico que no difiere demasiado del procedimiento típico de unas lentillas convencionales. Simplemente, al levantarse, hay que quitarse las lentillas, dejarlas en un líquido dedicado a tal efecto durante todo el día y volver a ponérselas por la noche. Sí que es importante rellenar la lentilla con lágrima artificial antes de ponérsela, porque durante toda la noche quede lágrima entre la lente de contacto y la córnea, lo que da a estas lentillas un plus de seguridad, ya que la córnea permanece humectada e hidratada durante la noche.
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