Probablemente la miopía infantil sea uno de los más importantes. La miopía afecta ya a un 23% de la población y se prevé que afecte a un 50% en 2050. Este defecto tiene mucho potencial de ser afrontado durante la infancia, cuando los ojos se encuentran en fase de crecimiento. Por eso, los equipos de oftalmología y optometría pediátrica de ICR trabajan en profundidad, con el objetivo de frenar el progreso de la miopía durante la infancia y reducir así las complicaciones que se derivan de esta en la edad adulta.
La miopía es un defecto que está provocado porque la longitud del ojo es excesiva, o bien los medios transparentes (la córnea, el cristalino) son demasiado curvos, y eso hace que las imágenes no se enfoquen en el plano de la retina, sino por delante. Esto provoca que el niño o niña vea borroso de lejos, y por lo tanto se tiene que acercar mucho para poder ver bien.
Por un lado, la miopía en edad infantil limita al/la paciente en su actividad cuotidiana, ya que a partir de 0,75 dioptrías ya existe una fuerte dependencia de las gafas (o lentes de contacto a partir de los 12 años).
Por otro lado, una mayor miopía en edad infantil conlleva más complicaciones a largo plazo de la vida del/la paciente; aumenta el riesgo de catarata, glaucoma, estrabismo, desprendimiento de retina… Por eso es muy importante para nosotros procurar que los niños y niñas tengan la mínima miopía posible.
Actualmente disponemos de muchas posibilidades farmacológicas y en forma de tratamientos ópticos, como gafas o lentes de contacto que nos permiten frenar la progresión de la miopía. De hecho, somos capaces de frenar su progresión un 50%; es decir, que un/a paciente con un aumento de una dioptría al año llegue a ganar solo media. Puede parecer poco, pero si lo hacemos extensible a los 4-5 años durante los cuales hay más riesgo de aumento de miopía, eventualmente conseguimos frenar el progreso hasta 2 o 3 dioptrías. Esto será importante para la etapa adulta del paciente, pero también implicará una mejor calidad de vida durante la niñez.
Cuando el paciente sea mayor, puede valorar la opción de la cirugía refractiva para corregir la miopía y reducir la dependencia de las gafas, por supuesto. Pero hay que tener en cuenta que la operación ofrece mucho mejores resultados cuando hay menos miopía.
Sí, por parte de los profesionales de salud, podemos recetar un tratamiento con colirio de atropina, el más eficaz actualmente para frenar la miopía y en el que somos pioneros en ICR. También trabajamos con nuevos diseños de lentes de contacto, como la otroqueratología, y gafas, con los cristales de desenfoque periférico, que permiten que la miopía no progrese tanto.
Se pueden seguir varios consejos para reducir el riesgo de desarrollar miopía, como regular el consumo de pantallas, garantizar que la criatura pasa un mínimo de 8 horas semanales en el exterior o velar para que duerma suficiente y lleve una alimentación equilibrada. Además, es muy importante que las familias prediquen con el ejemplo de los hábitos saludables.
Cuando ya ha aparecido la miopía, hoy en día no tenemos ninguna posibilidad de eliminarla en edad pediátrica. Por eso debemos hacer mucho hincapié en la importancia de las revisiones oftalmológicas a niños y niñas, aunque no se quejen, ya que con algunas pruebas podemos detectar riesgo de miopía antes de que se manifieste y tratarla de forma precoz.
Nos pueden dar alguna pista varios factores, como si los padres ya son miopes, pero además, siempre realizamos pruebas que nos lo pueden indicar, como la biometría.
Por otro lado, desde ICR estamos trabajando en una herramienta todavía más eficiente per detectar la miopía infantil de forma precoz: el índice estatura-eje. Se trata de un indicador que nos permitirá identificar en qué momento la estatura del paciente y la longitud de su ojo dejan de creer de forma sincrónica y se acaba produciendo la miopía.
Se trata de un estudio que por ahora está aprobado por el consejo científico, pero no se ha llevado a cabo todavía. Para hacerlo, tendremos en cuenta los resultados de las biometrías realizadas en ICR (una prueba que realizaremos a todos los pacientes pediátricos con miopía) y también mediremos la estatura de los niños/as en cada visita.
Es un estudio prospectivo, para analizar los parámetros necesitamos 6 años de crecimiento de cada paciente, por lo que las conclusiones se extraerán dentro de unos 7 años. Eso sí, este estudio tendrá un peso muy relevante a nivel científico.
Se está realizando mucha investigación con diferentes fármacos, terapia génica, métodos para detectar qué niños/as tienen más riesgo de desarrollar miopía y terapia con luz roja. Por ahora, parece que en el futuro se trabajará más con la fotobiomodulación, poner el centro de atención en los efectos que puede tener la luz en esta cuestión.
Este año tenemos dos aparatos nuevos. En primer lugar tenemos el Myah, un dispositivo que nos proporciona mucha información del ojo del niño o la niña y permite comparar todos estos datos con unas gráficas de normalidad muy exhaustivas. Esto facilita al especialista la toma de decisiones para el tratamiento del paciente.
En segundo lugar, tenemos el Reteval, un electrorretinógrafo, un aparato que hace pruebas electrofisiológicas de manera más sencilla para el paciente. Hasta ahora estas pruebas se tenían que hacer o bien con anestesia general, o bien con electrodos colocados entre la conjuntiva y el párpado, algo que puede resultar molesto y que dificultaba la colaboración de los niños/as. Con este dispositivo los electrodos se ponen en la piel, de forma que son mucho más tolerables para el/la paciente.
Sí, los aparatos que hemos comentado ya los tenemos en el centro y los estamos utilizando. En el Departamento de Oftalmología Pediátrica de ICR estamos muy atentos a todas las novedades en prevención y tratamiento de la miopía y tenemos la capacidad de incorporar las opciones efectivas de forma pionera, siempre con rigor científico.
Tenemos mucho interés en miopía infantil, disponemos de los medios de diagnóstico y tratamiento y contamos con la confianza de muchas familias, que nos permiten acompañar a los niños y niñas en este camino.
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