La microperimetría o perimetría de fondo es una prueba diagnóstica no invasiva que consiste en medir la sensibilidad de la mácula (la zona central de la retina) con el objetivo de detectar posibles cambios o lesiones.
También permite estudiar la estabilidad del punto de fijación de la mirada y apreciar con más precisión puntos ciegos que no se pueden observar en una perimetría o campimetría convencional.
La microperimetría permite diagnosticar y hacer un seguimiento de todas aquellas patologías que afectan a la mácula, como la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), la retinopatía diabética o el agujero macular. La microperimetría también permite hacer un seguimiento de los pacientes con baja visión y usarlo como herramienta de rehabilitación visual.
Otras de las patologías que se pueden estudiar mediante la microperimetría son:
La microperimetría no requiere de ninguna preparación previa, es una prueba rápida e indolora y no se necesita administrar ningún tipo de colirio para dilatar la pupila.
La prueba se debe realizar, dentro de un rango de graduaciones, sin corrección óptica. Sin embargo, también puede hacerse con lentes de contacto, especialmente en el caso de graduaciones muy elevadas.
Se trata de una técnica no invasiva, por lo que no requiere de contacto directo con el ojo ni produce reacciones adversas. Después de la prueba, por tanto, se puede realizar sin ningún problema cualquier actividad del día a día.
Resultados de una microperimetría.
Mediante un microperímetro computerizado se proyectarán estímulos luminosos en la retina del paciente y éste deberá comunicar los impulsos que ve mediante un pulsador. Cada vez que el paciente pulse, el programa creará un punto en el mapa de sensibilidad a la luz. El mapa final permitirá al especialista correlacionar los daños estructurales y funcionales en la visión del paciente.
La prueba tiene una duración aproximada de unos 25 minutos y permite analizar ambos ojos de manera independiente.
El departamento encargado de realizar la prueba es el Departamento de Optometría, que es quien realiza todas las pruebas oftalmológicas necesarias para el diagnóstico y el seguimiento de las diferentes patologías oculares y de todo el sistema visual. El Departamento cuenta con los equipos diagnósticos más avanzados y con la tecnología más moderna, y sus cerca de 50 optometristas están formados específicamente para la realización de estas pruebas.
¿Puede causar algún tipo de molestia?
La microperimetría no produce ninguna molestia, ya que no hay contacto directo con el ojo ni se aplica ningún tipo de colirio.
¿Hay que venir acompañado/a?
No es necesario acudir en compañía de otra persona para la realización de esta prueba.
¿Hay que acudir en ayunas?
No es necesario acudir en ayunas para la realización de la prueba.
¿Cuánto se tarda en obtener los resultados de la prueba?
Los datos se obtienen en el mismo momento de la realización de la prueba. Si se precisa un informe firmado por un oftalmólogo/a, la prueba informada se remitirá al cabo de unos días.
¿Puede el personal de optometría interpretar el resultado de la prueba en el momento de su realización?
El Departamento de Optometría es el encargado de realizar la prueba y tiene los conocimientos para confirmar su correcta ejecución. Quien debe interpretar e informar de los resultados obtenidos es el equipo médico, quien lo hará teniendo en cuenta el contexto clínico después de realizar una anamnesis y exploración completas del paciente.
¿Cuáles son los valores normales que se obtienen en una microperimetría?
En oftalmología, los valores normales no se pueden determinar de manera independiente, dado que se puede obtener un valor o resultado patológico según el caso. Por lo tanto, debe ser el oftalmólogo o la oftalmóloga quien los interprete en última instancia.
¿Se puede conducir después de la prueba? ¿Y ducharse?
Sí, después de la prueba se puede realizar cualquier actividad del día a día, como conducir o ducharse.
¿Qué relación existe entre la microperimetría y el glaucoma?
El glaucoma es una enfermedad que se caracteriza por una pérdida de visión derivada de un aumento de la presión intraocular, que se suele detectar mediante pruebas como la campimetría. Sin embargo, en algunos casos pueden aparecer escotomas (áreas de pérdida de campo visual) en la región central, que no son detectados por el campímetro. En esos casos se debe realizar una microperimetría.
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